MADRID 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Rusia han expresado este martes que la renovación de las sanciones impuestas por la Unión Europea contra Moscú en respuesta a la invasión de Ucrania supone un "arma de doble filo" que "hace sufrir a los europeos" y no únicamente a la población rusa.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha condenado esta medida, que ha salido adelante finalmente tras lograr el visto bueno de Hungría, que mantenía reticencias por la cuestión del suministro de gas ruso a través de Ucrania.
Así, ha señalado durante una rueda de prensa que se trata de una cuestión "política" y ha afirmado que se trata de unas "restricciones ilegales" que "contradicen el Derecho Internacional", según informaciones recogidas por la agencia rusa de noticias TASS. En este sentido, Peskov ha afirmado que "no existen innovaciones en esta política de sanciones de la UE" y que, por lo tanto, "nada cambia" al respecto.
La cuestión del suministro de gas ruso a través de Ucrania ha sido sorteado finalmente por los 27 tras pactar una declaración en la que se comprometen con la seguridad energética de Budapest. De esta forma, las sanciones quedan prorrogadas durante otros seis meses, hasta el 31 de julio de 2025 y buscan hacer frente a las "acciones que buscan desestabilizar la situación en Ucrania".
Hungría exigía un cambio de rumbo en la política de sanciones de la UE alegando el perjuicio de las medidas a la seguridad energética, cuando el bloque entraba en la cuenta atrás para que sus sanciones expiren el 31 de enero. Además de las sanciones económicas, estaban en juego los bienes rusos congelados en Europa.