Publicado 09/02/2023 13:42

Un gel a base de moco mejora los resultados del injerto óseo y promueve la cicatrización

Hongji Yan en el laboratorio.
Hongji Yan en el laboratorio. - VAIBHAV SRIVASTAVA

MADRID 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las moléculas de la mucosidad pueden utilizarse para producir material sintético de injerto óseo y contribuir a la curación de grandes pérdidas de hueso, según un nuevo estudio del Real Instituto de Tecnología o Kungliga Tekniska, en Suecia.

Los investigadores han informado del desarrollo de un gel bioactivo que, según afirman, podría sustituir al método clínico de referencia, el autoinjerto, en el que el hueso perdido se sustituye por hueso sano extraído de otra parte del cuerpo del paciente.

Hongji Yan, investigador del KTH Royal Institute of Technology, explica que el gel contiene mucinas, moléculas derivadas del moco de vaca. Las mucinas se transforman en geles que se combinan con gránulos de monetita, un material sintético de injerto óseo de uso común. El gel sintético puede inyectarse en el lugar de la pérdida ósea.

En pruebas realizadas en ratas de laboratorio con lesiones craneales, los investigadores descubrieron que este biomaterial puede ayudar a resolver dos requisitos clave para la curación satisfactoria de los defectos óseos, ya que promueve la formación de hueso y vasos sanguíneos e interactúa con el sistema inmunitario. Los resultados se publican en la revista científica 'Bioactive Materials'.

Como principales componentes sólidos del moco, las mucinas le confieren su viscosidad y pueden equilibrar la reacción del sistema inmunitario. Las mucinas pueden, por ejemplo, modular las células inmunitarias y mitigar la inflamación. Pero Yan afirma que éste es el primer estudio que demuestra cómo estas cualidades actúan en la reparación de tejidos.

Los tejidos corporales están repletos de vasos sanguíneos, y los huesos no son una excepción. Cuando se reparan defectos óseos, el hueso recién formado debe ser absorbido por la vasculatura del hueso huésped, la red de vasos sanguíneos que conecta el nuevo hueso con el corazón.

Yan afirma que la investigación permite albergar esperanzas de obtener mejores resultados en una amplia gama de procedimientos para tratar pérdidas óseas de mayor envergadura. "El moco protege al organismo de invasores como bacterias y virus, y mantiene la hemostasia en los tejidos, donde las mucinas desempeñan un papel importante", explica Yan. "El enfoque regenerativo, que utiliza las propias células del cuerpo a través de material activo sintético, ofrece una forma de promover la curación ósea", añade.

"El injerto a partir del tejido óseo del propio paciente tiene límites. Puede haber un suministro inadecuado de tejido sano, y puede ser especialmente arriesgado para personas con mala calidad ósea, como los ancianos", afirma. No obstante, el material no está listo para su uso clínico, y el grupo de investigación tiene previsto realizar más estudios con animales más grandes.