Pide menos debates sobre posibles planes de paz y más asistencia militar a Kiev para que negocie desde una posición de fuerza
BRUSELAS, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha subrayado este martes la necesidad de que Ucrania logre un "buen acuerdo" para poner fin a la agresión rusa para evitar reforzar a Rusia, pero también a sus aliados Irán, China o Corea del Norte, en un mensaje a Estados Unidos al señalar que todos los escenarios de seguridad están conectados.
En rueda de prensa desde la sede de la OTAN en Bruselas, el ex primer ministro neerlandés ha sido claro sobre la opción de que Kiev negocie con Rusia para poner fin a la agresión, aunque ha avisado de que no se trata solo de parar a Moscú en Europa, sino que la amenaza es global y afecta también Japón, Corea del Sur o Estados Unidos.
"En el momento en el que lleguemos a un acuerdo sobre Ucrania, tiene que ser un buen acuerdo. No podemos tener a Kim Jong Un, Xi Jinping y a otros celebrando un mal acuerdo, esto puede dar ideas a otros. Es crucial para la seguridad no solo en Europa, sino en Estados Unidos y en el Indo-Pacífico", ha asegurado antes de la reunión de ministros de Exteriores de los 32 aliados con el foco en la guerra en Ucrania, a la espera de los planes que ponga sobre la mesa el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, al que Rutte visitó hace dos semanas en su mansión de Mar-a-Lago.
El último encuentro ministerial del año llega en un momento en el que la vuelta del líder republicano al Despacho Oval puede acelerar las negociaciones para un alto el fuego en Ucrania y provocar un giro en la ayuda militar a Kiev. Es por ello que los aliados se reunirán con el ministro de Exteriores ucraniano, Andri Sybiha, en una cena informal para abordar el deterioro de la posición de Ucrania con la escalada rusa y la intervención de tropas norcoreanas en el conflicto, cita en la participará también la flamante Alta Representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas.
En los cuarteles generales de la OTAN admiten preocupación por la situación en Ucrania, donde Rusia ha tomado la iniciativa y empieza a verse más cercano que Kiev pueda sentarse a negociar un cese de las hostilidades, toda vez el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, habla de 2025 como el año para lograr la paz.
PIDE REDOBLAR LA AYUDA MILITAR A KIEV
En todo caso, Rutte insistido en que Rusia sigue con su plan de agredir militarmente al país vecino y el Kremlin "está intensificando su retórica y sus acciones temerarias". "Está utilizando Ucrania como campo de pruebas para misiles experimentales y está desplegando soldados norcoreanos en esta guerra ilegal", ha advertido, para apuntar que al presidente ruso "no le interesa la paz" y sigue intentando tomar más territorio en el este de Ucrania.
"Cree que puede quebrar la determinación de Ucrania. Y la nuestra, pero se equivoca", ha indicado el líder de la OTAN, para urgir a los aliados a enfocarse en suministrar más asistencia militar a Kiev para que, llegado el momento, negocie desde una posición de fuerza.
De todos modos, Rutte ha evitado entrar en los pormenores de qué condiciones marcarán las conversaciones para un posible alto el fuego. A su juicio Ucrania "no necesita más ideas sobre cómo será un proceso de paz". "Creo que no hace falta debatir cada paso sobre un proceso de paz sino asegurar que Ucrania tenga una posición de fuerza para que cuando las conversaciones empiecen, porque el gobierno ucraniano así lo decide, lo haga desde una posición de fuerza", ha argumentado.
El secretario general aliado ha eludido analizar la petición de Zelenski para que la OTAN tramite una invitación a Kiev, algo que las autoridades ucranianas ven como una prioridad para fortalecer a Ucrania ante unas negociaciones con Moscú. "Acordamos un camino irreversible a la OTAN", ha explicado para reiterar que "lo que es necesario ahora es asegurar que la ayuda militar llegue a Ucrania".
"Es crucial para, si lo deciden, entrar en negociaciones con los rusos desde una posición de fuerza", ha indicado, tras poner de relieve el paquete de ayuda anunciado por Estados Unidos por valor de 725 millones de dólares y destacar la asistencia de Alemania, Suecia, Estonia y Noruega.