BRASILIA, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Compañía de Danza Deborah Colker será una de las atracciones del sorteo final de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014, que se celebra el 6 de diciembre de 2013 en Costa do Sauipe (Bahía).
Serán cuatro minutos de un espectáculo con mucho ritmo, muy enérgico. "Si lo tuviese que definir en cuatro palabras, será un espectáculo de pura energía, movimiento, mecánica y alegría", ha explicado Deborah Colker.
Su compañía es uno de los principales grupos de danza contemporánea del mundo, y Deborah Colker "representa como nadie a uno de los pilares que simbolizan a Brasil: el poder de la innovación", señaló este sábado la FIFA.
Ya en 2006, su espectáculo Maracaná formó parte de la programación cultural de la Copa Mundial de la FIFA de Alemania. En 2008, Deborah se convirtió en la primera mujer que dirigía un espectáculo del Cirque du Soleil.
En declaraciones a FIFA.com, Colker ha dicho que se siente "honradísima" por ir a representar a Brasil en este evento y ha dicho que es "más que un sorteo, es una celebración, una valoración de algo que está por venir".
En su opinión, el Mundial "tal vez sea el mayor acontecimiento del planeta", y ha resaltado que habrá televisiones conectadas por todo el globo. "Raza, religión, política, sociedad, economía, no hay nada que obstruya el deseo de todo el mundo de ver y participar en el Mundial", ha declarado.
Colker, que ha coreografiado el fútbol varias veces, señala que hay situaciones de un partido que son imposibles de reproducir, como es un gol porque "no hay nada que se le acerque".
"El fútbol solamente se puede comparar con una ópera, una tragedia de intensidad absurda, y queda bien. Si le ponemos una samba, queda bien. La música de Legiâo Urbana (banda de rock brasileña) también le va. Esa es la belleza del fútbol", ha dicho.
Y es que la coreógrafa asegura que el fútbol representa "una gran inspiración" para su trabajo coreográfico, porque ella realiza una actividad "que está muy próxima".
ENERGÍA E INTELIGENCIA
Deborah Colker nació en 1961 en Río de Janeiro. Desde 1979 hasta 1989 integró el grupo de danza Coringa, de la coreógrafa uruguaya Graciela Figueroa.
La energía e inteligencia de esta profesora la estimuló para desarrollar su propio lenguaje corporal, mientras impartía clases de danza contemporánea.
A partir de 1984 empezó a formar coreografías y a dirigir piezas musicales, programas de televisión y espectáculos. Sus obras son eclécticas, un desafío estético, llenas de vitalidad y destreza, con movimientos acrobáticos, combinación de colores, ritmos y dinamismo.
Los bailarines danzan, saltan, se contornean, sus cuerpos flexibles se expresan mediante movimientos "el baile tiene que generar placer" dice Deborah en su página de Facebook.