Actualizado 01/12/2016 13:47

AI subraya que tras la refrendación del acuerdo de paz con las FARC empieza el "trabajo duro"

Colombia
REUTERS

MADRID 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional ha celebrado la decisión del Congreso de refrendar el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero ha subrayado que a partir de ahora empieza el "trabajo duro" porque aún persiste la guerra con otros grupos armados y las violaciones de los Derechos Humanos.

"El final oficial de un sangriento conflicto armado que ha durado más de 50 años y ha dejado ocho millones de víctimas en su estela es un logro que no puede ni debe ser subestimado", ha dicho la directora de AI para las Américas, Erika Guevara-Rosas.

La ONG considera que "la ratificación del acuerdo de paz marca el comienzo de un nuevo y esperanzador capítulo en la historia de Colombia" porque "abre el camino para que las FARC comiencen a desmovilizarse y desarmarse en un proceso que se llevará a cabo durante seis meses".

AI ha valorado asimismo que "el acuerdo de paz revisado ofrece más claridad sobre una serie de cuestiones, como las sanciones impuestas a los responsables de crímenes de Derecho Internacional" y "obliga a las FARC a entregar sus bienes, lo que podría aumentar las posibilidades de proporcionarle el derecho de las víctimas a la reparación".

"Pero el trabajo duro empieza ahora", ha afirmado la ONG. Guevara-Rosas ha explicado que "el terrible legado de violaciones de los Derechos Humanos y la impunidad arraigada significa que persisten muchos desafíos humanitarios aparentemente intratables".

A este respecto, ha recordado que "gran parte del horror que los colombianos han sido forzados a soportar durante décadas no ha estado directamente vinculado al combate directo entre las fuerzas de seguridad y las FARC".

"Aquellos que trabajan sin ser vistos, defendiendo los derechos o protegiendo los recursos naturales y territorios de los poderosos intereses económicos, siguen enfrentando hostigamiento y ataques mortales, por lo que el acuerdo de paz en sí mismo puede hacer poco para mantener a estos activistas a salvo", ha apuntado.

Además, la organización humanitaria ha incidido en que "el acuerdo de paz sigue siendo defectuoso en términos de garantías sobre los derechos de las víctimas", a pesar de los ajustes realizados por el Gobierno y las FARC para incorporar las propuestas del sector crítico.

A ello se suma que, si bien la guerra con las FARC ha acabado, "aún quedan otros conflictos, especialmente con el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), mientras que los grupos paramilitares siguen siendo la amenaza más grave para los Derechos Humanos".

HACIA LA IMPLEMENTACIÓN

Los colombianos rechazaron en el plebiscito del 2 de octubre el acuerdo de paz firmado por el Gobierno y las FARC el 26 de septiembre tras cuatro años de negociaciones en La Habana, lo que obligó a las partes a retomar el diálogo para ajustar el texto con las propuestas de la campaña por el 'no'.

Tras más de un mes de intensas discusiones a medio camino entre La Habana y Bogotá, las delegaciones de paz alumbraron un nuevo documento el 12 de noviembre que firmaron la semana pasada, a pesar de que los detractores del primero consideran que los cambios son insuficientes.

Para evitar un nuevo plebiscito, el nuevo texto ha sido refrendado en el Congreso por unanimidad en las dos cámaras, a lo que ha contribuido la ausencia en las votaciones del Centro Democrático, el partido del ex presidente Álvaro Uribe, principal portavoz del 'no'.

Ahora, diputados y senadores comenzarán los trámites parlamentarios para aplicar lo pactado, lo cual supondrá transformar en leyes gran parte del acuerdo de paz. De acuerdo con la prensa local, los legisladores empezarán con la ley de amnistía.

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