Actualizado 07/11/2012 15:08

Brasil.- La violencia en Sao Paulo se ceba con la Policía, con casi un centenar de agentes asesinados en 2012

SAO PAULO, 7 Nov. (Reuters/EP) -

La violencia que sacude la ciudad brasileña de Sao Paulo y que tiene su origen principalmente en las redes del narcotráfico se ha saldado este año con el asesinato de casi un centenar de agentes de Policía, el último de ellos una mujer que falleció tiroteada el pasado sábado a la puerta de su vivienda y en presencia de su hija de once años.

Marta Umbelina da Silva, de 44 años, estaba abriendo la puerta de su garaje el sábado por la noche cuando dos asaltantes le dispararon diez veces en espalda, cuello y abdomen, según la Policía. Una de sus tres hijas lo vio todo y pidió ayuda, lo que permitió que su madre fuese trasladada al hospital, aunque la mujer terminó falleciendo a consecuencia de las graves heridas.

Más de 90 miembros de las fuerzas de seguridad han muerto este año en el área metropolitana de Sao Paulo ejecutadas por el crimen organizado. El origen de esta espiral de violencia contra la Policía parece estar en la lucha de esta institución para combatir al grupo delictivo Primer Comando Capital (PCC) y en actuaciones polémicas como la supuesta brutalidad ejercida por los agentes, según fuentes de seguridad consultadas por Reuters.

Sólo en la última semana, Sao Paulo ha sido testigo de una persecución y un tiroteo con víctimas en la principal autopista del distrito financiero --Marginal Pinheiros--, la quema de varios autobuses y la muerte de más de 50 civiles, incluida una mujer de 63 años que falleció arrollada por un autobús que intentaba huir de un grupo de asaltantes.

Esta situación de tensión se ha concentrado hasta ahora en las zonas más pobres de la ciudad y apenas se ha notado en el ámbito empresarial, al contrario de lo que ocurriese durante una campaña de ataques coordinados del PCC que causó en 2006 casi 200 muertos.

En los últimos meses, el índice de asesinatos ha subido un 8 por ciento, de tal forma que ya se sitúa en 10 por cada 100.000 habitantes, según medios locales. Sao Paulo, sin embargo, sigue estando por debajo de la media nacional y de ciudades de Estados Unidos como Dallas y Boston.

PRESIÓN SOBRE LAS AUTORIDADES

La ola de violencia supone un desafío para las autoridades tanto locales como estatales, así como para la propia presidenta del país, Dilma Rousseff, que ha tratado desde su llegada al poder de incentivar la lucha contra la droga.

"El estado no puede ignorar más esta guerra", declaró el diputado estatal Olimpio Gomes durante el funeral por Da Silva celebrado el pasado domingo.

Consciente del malestar social, Rousseff ha ofrecido la colaboración del Ejército para emprender campañas como las desarrolladas en las favelas de Río de Kaneiro. El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, rechazó ayer esta ayuda al entender que los 130.000 policías con los que cuenta el estado ya son suficientes. Sí aceptó, en cambio, que varios líderes del PCC sean trasladados a prisiones federales de máxima seguridad, donde 'a priori' tendrían más complicado coordinar cualquier ataque.

El fiscal especialista en crimen organizado Marcelo Alexandre de Oliveira, que investiga los asesinatos de policías, ha advertido de que puede producirse próximamente "una enorme venganza" por parte de las redes del narcotráfico. "Hay gente que no tiene nada que perder", ha apuntado en este sentido, al señalar a poblaciones pobres que ven en su inclusión en estos grupos una salida a su situación.

Las autoridades incluso han detectado que el PCC comienza a aceptar los asesinatos de policías como método de pago de los traficantes a pequeña escala que quieren obtener más droga. Además, la organización habría ordenado matar a un agente por cada líder del PCC que vaya a la cárcel y a dos policías en caso de fallecimiento de un capo.

Brasil tiene en la inseguridad uno de sus principales retos de cara al Mundial de fútbol que el país acogerá en 2014 y a los Juegos Olímpicos que tendrán lugar dos años más tarde. El partido inaugural del torneo futbolístico está fijado precisamente en Sao Paulo.